martes, 5 de febrero de 2008

Informe "sorprendente" de Human Rights Watch


¿Quién es terrorista, quién es democratico?

“En el nuevo siglo, la tendencia a desposeer la democracia de su sentido esencial es continua, sobre todo alentada por países como Estados Unidos y de la Comunidad Europea”, afirma tajante el último informe que presentó la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW). No es ésta ONG precisamente devota de utilizar los derechos humanos como arma política, por lo que resultan sorprendentes éstas y otras acusaciones. El documento denuncia que democracias consolidadas como EE UU o las europeas, socavan el avance de los derechos humanos al considerar democráticos gobiernos autoritarios. También cuestiona a Rusia como falsa democracia, y al presidente colombiano Álvaro Uribe como claramente ligado a los paramilitares.

En su informe anual, que revisa la situación de 75 países, la ONG estadounidense denuncia que "demasiados Gobiernos" pretenden ganarse la etiqueta de "democráticos" con la venia de EE.UU., país al que califica como “mal ejemplo para la democracia mundial”. "Estados que se proclaman democracias, como Pakistán o Kenia, no garantizan que la libertad es parte central de su sistema político", apunta el informe. La organización denuncia que Washington y la Comunidad Europea "siguen el juego" a Gobiernos como los de Rusia, Bahrein, Jordania y Tailandia, que en 2007 celebraron comicios “ampliamente cuestionados”.
Según HRW, la democracia se ha devaluado y convertido en una "etiqueta" que permite a muchos Gobiernos lograr la legitimidad internacional que otorgan las urnas, sin tener en cuenta cómo se ha desarrollado el proceso electoral. "Por intereses energéticos, comerciales o antiterroristas, a las democracias tradicionales les conviene hacer ver que se crean falsas democracias", añade. Los Gobiernos occidentales tampoco reclaman aspectos vitales como la prensa libre o el derecho de reunión.

EE.UU. y Europa: malos ejemplos para jóvenes democracias

La organización de derechos humanos, afirma que al apoyar regimenes autoritarios, Occidente conspira contra el respeto por los derechos humanos y contra la propia democracia que dice defender.Para HRW, el ejemplo que ofrecen países como EE UU es nefasto para el concepto de democracia en el siglo XXI. Sus "evidentes y graves abusos en la lucha contra el terrorismo" hacen difícil exigir a otros Gobiernos que respeten los derechos humanos. En ese sentido, se critica que Washington y Londres, aliados de Pakistán, no condicionen su ayuda al país a la mejora de las condiciones previas a las elecciones que se celebran este mes.
Asimismo, la falta de respuesta por parte de EE UU a las sospechas de manipulación en las elecciones de Nigeria hace un año, podría haber animado al Gobierno de Kenia a hacer lo mismo en las presidenciales de diciembre, que provocaron la ola de violencia que se ha cobrado hasta el momento más de 800 muertos, y ha desestabilizado a otros gobiernos de África central, con resultados impredecibles.
El informe de HRW asegura que en 2007 se cometió fraude electoral en Chad, Jordania, Kazajistán, Nigeria, Uzbekistán y Kenia, mientras que en Azerbaiyán, Bahrein, Malasia, Tailandia y Zimbabwe, los Gobiernos mantuvieron un estricto control del proceso electoral que les permitió manipular los resultados.
HRW lamenta que se digan democráticos algunos países "sólo por el hecho de convocar elecciones". La organización acusa a EEUU y la UE de guardar silencio ante todos esos abusos y fraudes electorales "por conveniencia política". Cabe preguntarse porqué se preocupan tanto por Venezuela , dónde un “dictador” aceptó su derrota por unas décimas de punto. O su presión y amenazas constantes sobre el estado “terrorista” de Irán, una de las democracias más grandes de Medio Oriente.

Guerra contra la democracia

En otro pasaje del informe, Human Rights Watch citó el ejemplo del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien "ha hablado de su compromiso con la democracia en el extranjero, pero muy frecuentemente ha guardado silencio acerca de la necesidad de que todos los gobiernos respeten los Derechos Humanos".
También acusa a ese gobierno de hacer todo lo posible por tapar violaciones graves a los derechos humanos en Chad, Colombia, la región de Ogaden en Etiopía, Irak, la República Democrática del Congo, Somalia, Sri Lanka y la región sudanesa de Darfur.
En cuanto a los abusos perpetrados en el marco de la "guerra contra el terrorismo", el informe denuncia concretamente a los Gobiernos de Estados Unidos, Francia, Pakistán y Reino Unido.
El informe también denuncia los abusos cometidos por Estados Unidos contra los prisioneros en la llamada "guerra contra el terrorismo" y recuerda que 275 personas permanecen recluidas en la base naval norteamericana de la Bahía de Guantánamo, Cuba, "sin acusación formal". Algunos de ellos siguen retenidos pese a que ya se ha autorizado su puesta en libertad "porque no pueden regresar a sus propios países y ninguna nación está dispuesta a reasentarlos".
Aparte, "Estados Unidos continúa teniendo la tasa de encarcelamientos más elevada del mundo y los hombres negros son encarcelados en una proporción seis veces superior a la de los hombres blancos", denuncia el informe de HRW.
HRW denuncia también el bloqueo impuesto por Israel en la Franja de Gaza, que "niega a 1,4 millones de ciudadanos los alimentos, combustibles y medicamentos que necesitan para sobrevivir, un castigo colectivo que viola todo Derecho Internacional, una vergüenza para un país que fue perseguido". También se acusa a Israel de desaparición forzada de personas, semi reducción a la servidumbre a los palestinos, tortura como práctica habitual, asesinatos de menores, entre una larga lista.
Sobre todo “llama la atención sobre el desconocimento de las elecciones democráticas y soberanas que se dieron en Palestina y en las que ganó Hamas. Israel muestra claramente que sólo cuando voten como ellos quieren, el pueblo palestino tendrá paz”

Con Uribe, la paz es imposible para Colombia

"El problema en Colombia-dijo Kenneth Roth, director de HRW- es que los esfuerzos del gobierno de Uribe no son serios. La impunidad sigue siendo la norma, y los paramilitares han vuelto a matar y desaparecer sindicalistas y políticos".
Quizás uno de los alegatos más valientes (que nadie en la prensa argentina se atrevería a decir, ya que pocos conocen la idiosincrasia colombiana) es la influencia de los paramilitares de extrema derecha en el seno del gobierno colombiano y los desmanes que cometen estos grupos.
"Los asesinatos selectivos, las desapariciones forzadas, el uso de minas antipersona, y las amenazas contra sindicalistas, defensores de los derechos humanos y periodistas, continúan siendo graves", según la organización de derechos humanos estadounidense.
Sobre el nexo de los grupos de ultraderecha y los políticos, HRW recuerda que el año pasado 17 congresistas de partidos de la coalición que respalda al presidente Alvaro Uribe fueron encarcelados acusados de colaborar con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Entre ellos se encuentra Mario Uribe, primo del mandatario y miembros de la familia de la ex ministra de Relaciones Exteriores, Consuelo Araújo, señalados por su "presunta colaboración con paramilitares responsables de amplias atrocidades", puntualizó el informe.
¿Así que Alvaro Uribe quiere la paz?. Tienen que venir organismos de DD.HH. estadounidenses para anunciarnos que “el fuego, quema”. Otro capítulo olvidable del timorato periodismo argentino, que sólo se quedó con la “telenovela del niño Emanuelle”
“En abril, Uribe -continúa el reporte- presentó una propuesta para que estos congresistas puedan recuperar la libertad, aunque desistió luego de ella por considerar que ponía en peligro la aprobación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, del que es principal aliado en América latina. La razón era no parecer simpatizante u organizador de grupos terroristas”.
De acuerdo con la organización, Uribe, personalmente, ha socavado el esfuerzo de la Corte Suprema por investigar los crímenes de la "parapolítica" al lanzar ataques contra la institución y acusarla de tener un tinte ideológico.
Según el reporte, Uribe ha llegado hasta llamar personalmente a miembros de la Corte para averiguar por el estado de algunas investigaciones, en directa alusión al caso de su primo Mario Uribe. Aunque el presidente lo niega y en el momento existe un proceso judicial en curso, la organización lo menciona como un hecho constatado.
José Miguel Vivanco, su director ejecutivo para América Latina catalogó las acciones del presidente como "intimidatorias, por lo menos”. Ya se sabe que un llamado del presidente es solo una presión indebida en cualquier país. En Colombia puede ser una sentencia de muerte segura.
El documento también advierte que si bien el gobierno ha anunciado “con bombos y platillos” que tras concluir en 2005 la desmovilización del grueso de las AUC "no existen más paramilitares", según organismos de ONU y la OEA hay jefes "de rango intermedio que continúan sus actividades criminales y reclutan combatientes, además del apoyo irrestricto que presta el ejército y parte del gobierno". Por si fuera poco acusa al gobierno de haber montado un show mediático, ya que muchos de los “paras” rendidos, no eran siquiera combatientes
El reporte también denuncia los secuestros de civiles y el uso de minas antipersona por parte de la guerrilla."Las FARC continúan utilizando en forma extensa las minas antipersona (...) y continua comprometida regularmente en secuestros", indica HRW.
Igualmente la entidad estadounidense señala un aumento en las ejecuciones extrajudiciales de civiles por parte de las Fuerzas Armadas colombianas "que han tenido un incremento sustancial en los años recientes, algo que no se explica, salvo por la conivencia de los altos rangos militares y del poder ejecutivo (Alvaro Uribe)".
La Organización No Gubernamental solicita entre otros cosas, que se detenga la impunidad en los crímenes contra sindicalistas de izquierda y se obtengan condenas contra sus responsables. Con este fin pidió al Congreso estadunidense congelar el proceso de ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC), hasta que este país garantice avances en el tema de derechos humanos.
En una carta enviada a la Representante Comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, el director de la ONG, Kennet Roth, pidió que se use el TLC para presionar al gobierno de Colombia con el objeto que brinde protección a los sindicalistas.
Los congresistas demócratas, ya afirmaron que condicionan la ratificación del TLC a mejoras en el tema de los derechos humanos y a garantías sindicales mínimas en Colombia.
De igual modo, exige investigar y enjuiciar a militares, policías y políticos que colaboraron con los paramilitares colombianos y asegurarse de que quienes están presos revelen a quienes los financiaron.
La ONG también pide extraditar a los Estados Unidos a los líderes de las paramilitares involucrados en tráfico de drogas que no hayan cumplido con su compromiso de confesar sus crímenes y cesar sus actividades, tras desmovilizarse y acogerse a beneficios judiciales.
Aunque admitió que las cifras de muertes de sindicalistas se han reducido, mencionó los crímenes de 800 personas y más de 10.358 amenazas en 2007, como prueba que el problema persiste en Colombia.
‘No creemos que Estados Unidos deba otorgar ingresos sin aranceles a productos en muchos casos elaborados por trabajadores que no pueden ejercer su derecho de asociación, en gran parte por la violencia antisindical que existe”, señaló Roth.
Obviamente el informe señaló que Colombia es el país más peligroso de Latinoamérica para el gremialismo (de izquierda).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perdón. No se quien escribió esta nota, ni quien hizo ese informe, pero estoy /SUPRIMIDO/ de que los derechos sean de las izquierdas. Aca tambien hubo muchos muertos de los subersivos, que quisieron imponer el marxismo a sangre y fuego. Ahora están en el gobierno y no se puede decir nada porque sino sos un "facho". Dejense de joder con estas notitas y escriban con la lapicera azul, además de la ROJA.